lunes, 24 de septiembre de 2007

Zárágózá

Pregunta de agudeza visual:
¿Cuál es la única ciudad acentuada en todas sus sílabas?
Tranquilos, no cuento este chiste tan malo sólo para haceros sufrir. Está justificado, lo juro, porque estoy recién llegada del jajafestival, festival de humor de Zaragoza. Perdón, Zárágózá.

El pasado martes fuimos a la proyección del corto. Y todo comenzó con ciertas dosis de humor escatológico, porque laale (sí, ésa que no escribe nunca, esa misma) se encontraba mal y acabó yéndose a mitad de proyección, a vomitar. Y así siguió toda la noche, por lo que que me acoplé a un grupo de turolenses que también habían presentado su corto en la misma tanda que nosotras. El grupo turolense estaba formado por:

-Esteban, el director, al que sólo llamaban Esteban los de la organización del festival, él a sí mismo se presentaba como Pimpi, así aparecía su nombre en los títulos de crédito del corto y así le llamaban sus colegas.
-El productor, sólo a tiempo parcial pues en realidad su profesión es loncheador de jamón.
-El actor, que estudia en la escuela de Cristina Rota, en Madrid.
-La actriz, profesora a tiempo completo y actriz cuando surge, divorciada, madre de tres hijas, mechas, y bolso plateado a juego con las alpargatas.
-El amigo que se acopla, no habló casi nada durante la cena, pero cuando se desató fue memorable.

La actriz, como habitualmente trabaja y vive en Zaragoza, nos quería llevar a un sitio de tapas con unas tapas maravillosas, pero no se orientó demasiado bien. Dimos unas cuantas vueltas y para cuando llegamos al restaurante en cuestión ya había cerrado. El productor y yo sugirimos ir a otro que habíamos visto por el camino, entramos, pedimos unas cañas y vimos que había pocas tapas, especialmente de marisco así que después de cierto follón: "aquí nos van a clavar", "vamos a otro sitio", "pero picamos algo, ¿no?" acabamos por comernos unas gambas en gabardina y bebernos de un trago la caña para correr a otro sitio de tapeo antes de que lo cerraran.

En ese sitio se volvió a montar cierto lío con la carta porque había dos grandes dilemas a decidir: qué vino pedíamos y qué tapas pedíamos. La actriz insistía en que el vino de la casa le sabía seco y quería otro, aunque Pimpi y yo defendíamos que el que nos habían dado estaba bien; el actor aprovechó el despiste para acelerar un poco y pedir él las tapas. Cuando los demás se enteraron les pareció fatal: "pero qué has pedido a ver", "pues yo quiero crujiente de jamón". El actor pidió el crujiente de jamón y aguantó las críticas de todos mientras sacaban los platos: "pimientos, ¿otra vez pimientos?".

De ahí nos fuimos a un sitio que conocía la actriz y donde preparaban las copas maravillosamente. Pero de nuevo no supo orientarse bien y acabamos entrando en el primer sitio que vimos. Después de las consabidas quejas sobre el sitio: "pues aquí las copas no las sirven tan bien", "¿quién va a pedir?", "oye, que no es esto lo que te he pedido que me traigas", pedimos las copas y nos las bebimos, también rápidamente, para ir a un bar donde proyectaban anuncios y cortos cómicos como parte del festival.

El amigo acoplado, aquel que no hablaba se desató en el bar. Quizá fuera porque allí también pedimos copas... Y me contó que estaba escribiendo un guión sobre el guiñote, el juego de cartas. La tesis del corto era que en la vida, como en el juego, a veces las cartas más bajas son las que más valen.
En ese punto la actriz ya nos había contado cómo había sido su divorcio, el productor había confesado que era loncheador de jamón, el actor había cantado jotas e imitado a Manolo Lama y cada turolense había echado broncas al de al lado (por haber pedido sin consultar, o por no saber quién llevaba el bote o por no haber encontrado ese sitio donde servían tan buenas copas) para, acto seguido decirle, siempre a voz en grito, "pero te quiero mucho, macho".

Todo esto mientras, de fondo, proyectaban los mejores anuncios del festival El Sol. Aquí abajo os dejo uno de mis preferidos:


¿Lo habéis visto ya? Qué razón tiene el slogan... Para que luego digan que la publicidad es frívola.

Para variar, aquí viene la actualización de selecciones y proyecciones:
Mañana, día 26, podéis ver el corto en la casa de Galicia de Madrid (calle Conde del Alisal, cerca del museo del Prado), a partir de las 20:30.
Si andáis por Italia, comprad crema de carciofini y pasaos por el festival Sedicicorto
Y, por último, felicitadnos por nuestros dos nuevos premios: mejor corto en el festival de la Baumann, y premio de la prensa en el jajafestival. La crónica de la gala, próximamente.

Olga, Cris y compañía, gracias por pasaros a recoger el premio a Terrassa, he estado a punto de colgar una foto vuestra de cuando estuvisteis en Madrid, pero al final he sido buena y sólo he colgado el anuncio.

Por cierto, ¿cuál es el mejor anuncio que habéis visto?

4 comentarios:

El Autor dijo...

K fallo!!

He pensado "Pues hace ya tiempo que no voy a un certamen de cortos. Voy al de Madrid y veo -otra vez- Bichos Raros"

Pero fue ayer. Vale que yo hace poco que soy habitual, pero para la próxima en Madrid avisa con un poco más de tiempo.

Mi anuncio favorito... Lo pienso y te digo

Bienvenida dijo...

Vivir es ver y conocer. Y más en los festivales, amiga.

laesti dijo...

Qué filosófico te ha quedado eso, Ángela. Por cierto, la próxima proyección madrileña va a ser en el cine Capitol este jueves a las 22:30, y luego copas en el Larios.
Daniel, ya sé que no es avisar con mucho tiempo, pero me he enterado hoy...

El Autor dijo...

Este jueves tengo visita. Pero sigue anuciando las proyecciones, y la proxima vez le propongo a mis compañeros ir todos juntos, que mola ver cortos, y yo al menos los tengo un poco olvidados.